viernes, 10 de abril de 2015

La BREA, en la economia de Tenerife

...uno de los primeros ingresos económicos del Cabildo de la isla de Tenerife tras la Conquista, en el siglo XVI, fue la renta de la pez o fabricación de la brea, un impermeabilizante natural extraído de la madera muy utilizado en la construcción naval. 

Ya en el año 1509 existía una ordenanza que reservaba esta actividad a los vecinos casados y asentados en la Isla, y prohibía el establecimiento de hornos en los montes cercanos a los núcleos poblacionales del Valle de La Orotava e Icod.
Lo cuentan los profesores Francisco Quirantes, Juan Ramón Núñez, Domingo A. García y Ana Viña, en su libro Los montes de Tenerife a través de su historia, publicado por la Universidad de La Laguna y el Cabildo tinerfeño.

La brea es una sustancia viscosa de color rojo, una especie de alquitrán que se obtiene haciendo destilar al fuego la madera de árboles de la clase de las coníferas, como el pino canario. La mezcla de brea, pez y aceite de pescado al caliente se usaba para calafatear -cerrar las junturas de las maderas de las naves con estopa y brea-, y para pintar los cascos y jarcias. 
Según se destaca en la publicación citada, en el siglo XVI la brea o pez de los hornos de Tenerife era un producto demandado por su buena calidad y surtía no solo al mercado local, sino que se exportaba a los principales puertos gallegos, portugueses y andaluces.

El funcionamiento de los antiguos hornos de brea, arrendados por el Cabildo mediante subasta, lo detalla Gaspar Fructuoso en sus Saudades da terra.
Para el destilado de la pez se utilizaban troncos de tea “tan gruesos como toneles” que después de troceados y quemados en hoyos excavados en el terreno, tan profundos como “tres hornos de cal”, donde destilaban la resina que contenían. 
Una vez enfriada y solidificada la brea podía cortarse en bloques listos para el transporte en piezas de un quintal. 
Desde el año 1512 se estableció como lugares para instalar hornos de hacer pez los pinares de Abona, Agache y Adeje, aunque también hubo importantes en Icod y Daute. 
El Cabildo tuvo que tomar medidas restrictivas y de control porque la fabricación de brea destruía una gran cantidad de madera que era imprescindible para la construcción de casas. 
Finalmente, en 1699 se prohibió la fabricación de brea en los montes de Tenerife a la vista del estado al que habían llegado los esquilmados pinares de la Isla.

Fuente : DIARÍO de AVISOS - Agustín M.Gonzalez

Saludos,
G.M.MONSECCA

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