El astrónomo frances JEAN MASCART, realizo diversos estudios en Tenerife ( Observación del cometa HALLEY, entre otros ) y pudo disfrutar de los rincones y pueblos de esta isla.
Esta es el relato de su visita al pueblo de VILAFLOR :
... Desgraciadamente, en la isla de Tenerife los caminos son muy rusticos, lo que complica la visita a todas las maravillas de esta región. La carretera que va de Santa Cruz a La Orotava llega hasta Icod, y allí acaba.
En la costa opuesta ( Zona sur ) , el trazado de la carretera es mucho mas simple. ¡ Cuántas cosas admirables se podrían contemplar, sin embargo, se se pudiera dar la vuelta a la isla por abajo o, incluso, bordeando las montañas !
A un lado y a otro existen algunos caminos de mulas, a menudo demasiado difíciles, apenas trazados, a veces peligrosos...
En esta vertiente sur hay una pequeña y deliciosa población : VILAFLOR. Es un pueblo pegado a la montaña, a media altura, a 1500 metros de altitud, dominado por un magnifico pinar. Las conexiones con esta localidad consisten en un camino utilizado de forma habitual, aunque realmente incómodo; se tarda entre 12 y 13 horas en mula desde La Orotava, pasando por el Portillo, atravesando Las Cañadas, cruzando el puerto de Guajara para luego bajar a Vilaflor.
Esta perla de la isla se encuentra bastante aislada.
Durante el verano, la época mas calurosa, Vilaflor se convierte de alguna manera en una estación de montaña, con un aire vivificante y un clima suave y regular.
Desde nuestra cumbre de Guajara ( este fue, su principal puesto de observación del cometa HALLEY ) la excursión a Vilaflor no resulta muy larga y hay que hacerla. Bajamos bordeando una ladera de roca y durante un tiempo, con la montaña a la derecha, mientras que , a la izquierda, a nuestros pies, tenemos la inmensidad azul del océano. Pronto encontramos unas acequias procedentes de los manantiales situados cerca de Guajara...son simples canales de obra, al aire libre, que forman un cinta inclinada, visible a los largo de toda la montaña...
De vez en cuando vemos unas dunas negras de polvo, salpicadas por el verde oscuro de una tenaz vegetación. Pero por fin, la naturaleza se muestra mas rica. Dominada por sus bosques, aparece Vilaflor, lugar exquisito y encantador, de hermosos árboles, flores exuberantes, hierbas y musgos. Sus jardines presentan una gran riqueza, el clima es suave y los pájaros encuentran allí su refugio...
Es una pena no poder visitar en esta costa todas y cada una de estas maravillas pero, dado el tiempo del que disponemos, los caminos son demasiado largos y apenas transitables, con refugios imprevisibles. Aunque con disgusto, tenemos que volver a donde el trabajo ( cumbre de GUAJARA ) y el deber nos llaman...
GM MONSECCA
FMCL
Fuente : Impresiones y Observaciones de un viaje a Tenerife
JEAN MASCART - Taller de Historia Centro de la Cultura Popular Canaria
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