jueves, 19 de febrero de 2009

Los barrancos, santuarios de vida.

Entre sus paredes encuentran condiciones ideales de vida muchas plantas y animales.
Las condiciones de temperatura y humedad representan una oportunidad para el desarrollo de muchos seres vivos...
Todos el Macizo de Anaga esta surcado por barrancos. Estas quebradas representan una ruptura con el paisaje y la vegetación que vive fuera de ellas. Entre sus paredes, el clima es diferente y la humedad suele ser mas abundante. Por eso, aquí podemos encontrar especies de flora y fauna que no podrían sobrevivir en el exterior.
En sus paredes muchas plantas anclan férreamente sus raíces entre las rocas, como los carnosos veroles y bejeques, ó las cerrajas, que alegran con sus flores amarillas las primaveras de Anaga.
En los cauces con caudal más o menos permanente, vive una vegetación que precisa gran abundancia de agua. En los charcos encontramos las berrazas, los juncos, las pequeñas lentejas de agua, las mentas y las eneas, éstas últimas utilizadas tradicionalmente para la confección de sogas y útiles de cestería.
Aquí viven numerosos insectos, como las esbeltas libélulas o los escribanos de agua, que giran sin cesar, en complicado ballet. Un lugar así presenta numerosas ventajas para los pájaros, que acuden a beber y alimentarse.
Son frecuentes los mirlos, los regordetes petirrojos, los herrillos, las incansables alpispas o lavanderas mueven rítmicamente su cola mientras buscan alguna larva acuática...

Los barrancos de nuestra ANAGA, como lugares donde se han confagulado la roca y el agua, son refugios especiales para la vida y regalos para la contemplación.

Y que suerte, poder tenerlo tan cerca, así que a DISFRUTARLOS.

GM MONSECCA
FMCL

Fuente :  Travesía por ANAGA  -  Guía del Patrimonio ( Parque Rural de Anaga )

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