
Tienen dos cámaras, una baja de poco más de un metro de alta donde se colocaba la leña para la cocción de las tejas, que además cumplía la misión de aguantar el peso de las mismas, y otra cámara alta de anchura decreciente donde se iban colocando las tejas.
La localización de estos hornos siempre suele estar asociada a un lugar de extracción de barro cercano y agua, donde se usaba una clase de barro fuerte, conocido por "tierra de teja" al que se reconocía por ser un barro más pegajoso, abundante en terrenos malos que no se araban.
El oficio se transmitía de padre a hijos, siendo un trabajo ocasional, ejecutado mayormente en épocas de verano.
Un saludo,
Un saludo,
G.M.MONSECCA
FMCL
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