El senderismo puede reactivar la economía de las medianías de Tenerife.
Para ello resulta necesario recuperar las antiguas vías pedestres, una red que tenía como arterias principales los caminos reales, como el que enlaza los cascos históricos de las medianías del Sur, y el de Chasna, que discurría desde el antiguo puerto de La Orotava (hoy Puerto de la Cruz) hasta Vilaflor, con un ramal hasta Granadilla casco.
Este es, precisamente, el motivo de la tesis doctoral que realiza el geógrafo y profesor de la UNED José Juan Cano, en la que aborda la recuperación y puesta en valor de las antiguas redes camineras de Tenerife como factor de desarrollo territorial.
A su juicio, “si se recuperaran estos caminos históricos, se crearían puestos de trabajo, no sólo en las obras de rehabilitación, sino también en las excursiones guiadas, porque el senderismo es la actividad turística que más ha crecido en la Isla después de los parques temáticos; y además, se pondría así en valor el patrimonio histórico, pues -al llegar ese turismo amante de la naturaleza- se van restaurando los caseríos rurales y se crean albergues”.
Las principales amenazas para estas rutas históricas son la urbanización de sus entornos y el trazado de carreteras (como el Anillo Insular, que en Santiago del Teide ocupó unos cientos de metros de camino real), además de que hay particulares que las han cerrado, vallado o destrozado.
En algunos cascos urbanos las calzadas pedestres se solapan con calles asfaltadas ahora para el tráfico rodado.
Un buen ejemplo de camino real es el de Chasna, que sale de Puerto de La Cruz, pasa por La Orotava, atraviesa Las Cañadas, y llega a Vilaflor y Granadilla.
Dentro del Parque Nacional del Teide y de la Corona Forestal está bien conservado, y sus ramales hacia estos dos últimos municipios tienen tramos recuperados y señalizados.
En Granadilla, según destaca este geógrafo, se han rehabilitado 20 kilómetros de caminos públicos, dando así empleo a más de 50 personas.
Además de las arterias principales, existía antaño una red secundaria para las comunicaciones comarcales o locales, como el camino del Hermano Pedro, usado por los cabreros para subir el rebaño del mar a la cumbre, una vía pecuaria de 19 kilómetros, desde la costa de Granadilla a Vilaflor, recuperada parcialmente gracias a talleres de empleo.
Otros ejemplos son el camino de San Miguel a Las Galletas o el que une Vilaflor con Las Vegas. También cabe destacar los senderos litorales, como el que va de Montaña Pelada a Los Abrigos, con un tramo bien conservado.
Cano -asesor de proyectos sobre patrimonio en Adeje, La Laguna, Granadilla o San Juan de la Rambla- lamenta que muy pocos ayuntamientos tengan inventarios de estas rutas tradicionales (sólo Granadilla y Guía de Isora), que -desde su punto de vista- deberían recogerse en los planes generales de ordenación para salvaguardarlas, ya que los municipios son, por ley, los garantes de su mantenimiento.
Otras fórmulas para preservar este acervo histórico pasan por declarar estas vías pedestres Bien de Interés Cultural, incluirlas en la red de senderos señalizados por el Cabildo, catalogarlas en cartas etnográficas y arqueológicas o integrarlas en itinerarios culturales europeos.
Sin embargo, para este investigador, “la mejor protección para un camino histórico es, sin duda, la concienciación de la sociedad sobre su importancia”.
Fuente : DIARIO de AVISOS - Tenerife 28 de NOVIEMBRE 2011
Un saludo,
G.M.MONSECCA
FMCL
Para ello resulta necesario recuperar las antiguas vías pedestres, una red que tenía como arterias principales los caminos reales, como el que enlaza los cascos históricos de las medianías del Sur, y el de Chasna, que discurría desde el antiguo puerto de La Orotava (hoy Puerto de la Cruz) hasta Vilaflor, con un ramal hasta Granadilla casco.
Este es, precisamente, el motivo de la tesis doctoral que realiza el geógrafo y profesor de la UNED José Juan Cano, en la que aborda la recuperación y puesta en valor de las antiguas redes camineras de Tenerife como factor de desarrollo territorial.
A su juicio, “si se recuperaran estos caminos históricos, se crearían puestos de trabajo, no sólo en las obras de rehabilitación, sino también en las excursiones guiadas, porque el senderismo es la actividad turística que más ha crecido en la Isla después de los parques temáticos; y además, se pondría así en valor el patrimonio histórico, pues -al llegar ese turismo amante de la naturaleza- se van restaurando los caseríos rurales y se crean albergues”.
Las principales amenazas para estas rutas históricas son la urbanización de sus entornos y el trazado de carreteras (como el Anillo Insular, que en Santiago del Teide ocupó unos cientos de metros de camino real), además de que hay particulares que las han cerrado, vallado o destrozado.
En algunos cascos urbanos las calzadas pedestres se solapan con calles asfaltadas ahora para el tráfico rodado.
Un buen ejemplo de camino real es el de Chasna, que sale de Puerto de La Cruz, pasa por La Orotava, atraviesa Las Cañadas, y llega a Vilaflor y Granadilla.
Dentro del Parque Nacional del Teide y de la Corona Forestal está bien conservado, y sus ramales hacia estos dos últimos municipios tienen tramos recuperados y señalizados.
En Granadilla, según destaca este geógrafo, se han rehabilitado 20 kilómetros de caminos públicos, dando así empleo a más de 50 personas.
Además de las arterias principales, existía antaño una red secundaria para las comunicaciones comarcales o locales, como el camino del Hermano Pedro, usado por los cabreros para subir el rebaño del mar a la cumbre, una vía pecuaria de 19 kilómetros, desde la costa de Granadilla a Vilaflor, recuperada parcialmente gracias a talleres de empleo.
Otros ejemplos son el camino de San Miguel a Las Galletas o el que une Vilaflor con Las Vegas. También cabe destacar los senderos litorales, como el que va de Montaña Pelada a Los Abrigos, con un tramo bien conservado.
Cano -asesor de proyectos sobre patrimonio en Adeje, La Laguna, Granadilla o San Juan de la Rambla- lamenta que muy pocos ayuntamientos tengan inventarios de estas rutas tradicionales (sólo Granadilla y Guía de Isora), que -desde su punto de vista- deberían recogerse en los planes generales de ordenación para salvaguardarlas, ya que los municipios son, por ley, los garantes de su mantenimiento.
Otras fórmulas para preservar este acervo histórico pasan por declarar estas vías pedestres Bien de Interés Cultural, incluirlas en la red de senderos señalizados por el Cabildo, catalogarlas en cartas etnográficas y arqueológicas o integrarlas en itinerarios culturales europeos.
Sin embargo, para este investigador, “la mejor protección para un camino histórico es, sin duda, la concienciación de la sociedad sobre su importancia”.
Fuente : DIARIO de AVISOS - Tenerife 28 de NOVIEMBRE 2011
Un saludo,
G.M.MONSECCA
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