lunes, 2 de mayo de 2011

...prevenir, para no lamentar.


...un centenar de operarios peinan cada día el monte contra el fuego
El desbrozo y la conservación de pistas de la Corona Forestal centran las labores de prevención de incendios previas al verano.

La primavera marca el punto álgido de las labores de mantenimiento de los bosques de la Corona Forestal de Tenerife. Como cada año, cerca de noventa personas de las brigadas forestales del Cabildo de Tenerife se afanan de sol a sol entre octubre y mayo para acondicionar los bosques de cara a la llegada del verano, la época de mayor riesgo de incendios.

El desbrozo de matorrales y zarzas que crecen en los claros y las zonas con menor densidad de árboles del Parque Natural de la Corona Forestal se convierte durante estas semanas en una de las grandes prioridades del área de Medio Ambiente de la administración insular.
Según asegura Florencio López, responsable de las Brigadas Forestales del Cabildo, un bosque libre de estos elementos resulta vital para conseguir una mayor resistencia a la propagación del fuego. "Cuanta más humedad haya, más difícil será que las llamas se extiendan", explica.

Estas tareas de
silvicultura preventiva se complementan con otras labores como la limpieza de ramas caídas y el mantenimiento de las pistas y senderos que surcan estos bosques y con el control de los puntos de abastecimiento de agua. López asegura que todas estas labores son fundamentales para conseguir luchar con efectividad contra el fuego y evitar mayores complicaciones en dichas actuaciones antiincendios en las que los primeros minutos son esenciales.

"Una vez el bosque ya está formado en una zona, las copas de los árboles privan de luz a estos matorrales e impiden su crecimiento.
De este modo, nuestra labor del mantenimiento se reduce considerablemente y podemos centrarnos en limpiar otras áreas",
explica Juan Antonio González, técnico medioambiental del Cabildo, quien subraya que la superficie forestal ha experimentado un destacado crecimiento durante la última década, con el consiguiente descenso del riesgo de incendio.

La reintroducción de especies autóctonas en diversas zonas de la Corona Forestal también juega un importante papel en la lucha contra el fuego. La
repoblación de madroños y otras especies de laurisilva en las áreas desbrozadas u ocupadas anteriormente por invasoras como el eucalipto. "De este modo, conseguimos un bosque de calidad a través de especies autóctonas que tienen baja combustibilidad y que pueden forjar áreas arboladas con mucho menor riesgo de propagación", indica.

Todas estas labores de mantenimiento y conservación se realizan de forma simultánea a las de vigilancia. A pesar de que el riesgo de incendios es muy bajo en esta época del año, las brigadas están en permanente contacto con otros servicios de detección y también realizan patrullas hasta las siete torres fijas de observación situadas en puntos estratégicos de la Corona Forestal.
Además, también cuentan con la constante colaboración de los tinerfeños. La sensibilización medioambiental desarrollada durante las últimas décadas se traduce en numerosas llamadas de alerta cuando una columna de humo aparece sobre las copas de los árboles.

Quemas
En la mayor parte de los incendios, las quemas controladas de rastrojos son los detonantes. Entre octubre y marzo, cuarenta trabajadores del Cabildo se dedican casi de forma exclusiva a velar porque a los agricultores no se les vayan de las manos estos fuegos.

Las estadísticas revelan que el
12% de estas quemas se escapan del control de los agricultores, causando incendios que pueden llegar a afectar a varias hectáreas de superficie arbolada. "Este porcentaje se reduce hasta el uno por mil cuando se realizan con nuestra supervisión", señala Florencio López.

En su opinión, las multas a los que realizan estos fuegos por su cuenta y la labor informativa de Medio Ambiente, han mermado notablemente las incidencias derivadas de las quemas. No obstante, subraya, es difícil combatir los hábitos adquiridos durante décadas. " Les explicamos que solo tienen que rellenar un formulario y nosotros nos encargamos de que todo se desarrolle sin complicaciones. Sin embargo, hay gente que no entiende que debe ser así", explica.

Además de todas estas tareas, las brigadas desarrollan labores de preservación de las riqueza botánica y faunística del Parque Natural y de control de la presión humana sobre esta. "
Hay que cuidar mucho un espacio tan sensible".

Cada fin de semana, el área recreativa de Las Raíces recibe entre 4.000 y 5.000 personas. Tantas personas generan mucha basura y esta la aparición de ratas y otros animales que pueden romper el ecosistema", explica el responsable de las Brigadas Forestales.

Las bicicletas de montaña y ´quads´ aceleran la erosión del territorio
El deporte puede representar un serio problema para la salud del bosque.
Cada día, los senderos y las pistas del anillo insular acogen a decenas de ciclistas que buscan disfrutar de la naturaleza y practicar su actividad favorita. Basta permanecer unos minutos en alguna de estas sendas para comprobar el incesante ir y venir de aficionados a la bicicleta de montaña, un deporte en claro avance en Tenerife.

Sin embargo, el impacto en una zona protegida como esta de dicha actividad puede generar problemas para la fauna, la flora y para su conservación. "
Hay quien cree que en el monte vale todo", asegura Juan Antonio González, agente de Medio Ambiente.

Según explica, son muchos los que deciden hacer caso omiso a las normas y crean sus propios itinerarios al margen de los permitidos.

Las consecuencias, señala, son la apertura de veredas que, junto con las fuertes precipitaciones, erosionan el terreno. Aunque en menor escala en número de aficionados, admite González, algo similar sucede con los propietarios de quads. Por ello, los agentes también realizan un importante control de estos vehículos y sancionan a los conductores que sobrepasan los límites permitidos.

Fuente : LA OPINION de Tenerife
Autor : Sr. ANDRÉS LOBATO - Domingo 1 de Mayo 2011

Un saludo,
G.M.MONSECCA
FMCL

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