El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha culminado la rehabilitación de los senderos que integran el denominado camino de Abicore, una vía de más de 9 kilómetros de longitud que une los pueblos de San Andrés y Taganana, con un presupuesto de 36.467,64 euros.
Esta ruta de senderismo tradicional, ubicada en la Reserva Mundial de la Biosfera de Anaga, posee un gran valor simbólico, patrimonial y social. El concejal de Medio Ambiente, Carlos Correa, indica que el objetivo de la actuación desarrollada "se fundamenta en dotar a esta ruta de las adecuadas condiciones de seguridad y tránsito para los senderistas".
El edil remarca que la Fundación Santa Cruz Sostenible ha sido la promotora de este proyecto, "que se ha desarrollado también en colaboración con geógrafos de la Universidad de La Laguna para afectar el medio por el que discurre la ruta de la menor manera posible".
"Con esta iniciativa –prosigue Correa– tratamos de poner en valor uno de los caminos históricos de Anaga, a través de la instalación de señalización informativa en los puntos de inicio y final de la ruta. En ellos, los senderistas obtendrán datos sobre las principales características del trazado, tales como el desnivel o la longitud".
También existe señalización informativa en algunas zonas de paso del recorrido, con el fin de divulgar los valores ambientales, culturales y sociales de las poblaciones por las que atraviesa este sendero".
Esta actuación "es complementaria de otro gran proyecto que saldrá durante 2018 como es el de la recuperación de la Hacienda de Cubas que se convertirá, entre otros usos, en un centro de interpretación de esta zona de Anaga. Con todas estas iniciativas ponemos de manifiesto nuestro firme compromiso por realzar nuestro rico patrimonio cultural y por cuidar una de las joyas de Santa Cruz, como es la Reserva de la Biosfera de Anaga".
Para acometer los trabajos necesarios para su rehabilitación, los operarios realizaron desbroces de baja intensidad y también se dotó al sendero de canalizaciones de drenaje de agua de escorrentía en determinados puntos con el fin de facilitar el paso del agua por los tramos del sendero que se ven atravesados por barranqueras.
De igual manera, bajo el caserío de El Cresal se delimitó el borde del sendero con piedras para evitar que los excursionistas puedan salirse del camino.
También se enterró una tubería a través del soterrado del tramo que cruzaba la plataforma del sendero.
Una de las actuaciones de mayor dificultad fue la retirada de un árbol muerto que obstaculizaba el sendero, por lo que se realizó su tronzado y apilado de las trozas resultantes, que ahora están apiladas al borde del camino.
También fue necesaria la retirada de residuos diversos, algunos de ellos de gran tamaño, de hasta cinco puntos del camino, así como de una roca de gran tamaño que se encontraba en una curva de un tramo de alta pendiente.
Junto al cauce del barranco de El Cresal se reconstruyó un muro de mampostería que soporta un bancal abandonado...
Una de las actuaciones de mayor dificultad fue la retirada de un árbol muerto que obstaculizaba el sendero, por lo que se realizó su tronzado y apilado de las trozas resultantes, que ahora están apiladas al borde del camino.
También fue necesaria la retirada de residuos diversos, algunos de ellos de gran tamaño, de hasta cinco puntos del camino, así como de una roca de gran tamaño que se encontraba en una curva de un tramo de alta pendiente.
Junto al cauce del barranco de El Cresal se reconstruyó un muro de mampostería que soporta un bancal abandonado...
Fuente : LA OPINIÓN de Tenerife
Saludos
G.M.MONSECCA
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